El príncipe Igor reina en Poltiole, una ciudad rusa, donde vive con la princesa Yaróslavna. Es un buen guerrero y un buen soberano. Cuando una tribu tártara (los Polovts) invade el territorio ruso, el príncipe Igor se marcha al frente para luchar con su ejército contra los invasores, llevándose con él a su hijo Vladimiro. Antes de partir deja a su cuñado, el príncipe Galitsky, para gobernar la ciudad en su ausencia. Sin embargo Galitsky se entrega a una vida de diversión a pesar de las protestas de su hermana, la princesa Yaróslavna, y trata de convertirse en el señor de aquellas tierras. Para colmo llegan noticias de que el ejército del príncipe Igor ha sido derrotado.
Mientras, el príncipe y su hijo son prisioneros de Khan Konchack, jefe de los tártaros, que lo trata con tanto respeto que Igor no se atreve a escaparse. Además el príncipe Vladimiro se ha enamorado de Kontchakovna, la hija del jefe tártaro. Sin embargo, cuando al campamento tártaro llegan las noticias de que Poltiole ha sido saqueada, el príncipe no duda y se escapa, abandonando a su hijo, quien ha decidido casarse con Kontchakovna.
Al volver a su ciudad, Igor es recibido entre grandes manifestaciones de alegría del pueblo y, por fin, se reúne con su amada princesa Yaróslavna
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